Las actuales circunstancias socio-económicas-tecnológicas hacen que sea el momento más oportuno para el paso que supondrá una auténtica revolución, para la industria del automóvil. El re-lanzamiento de los coches eléctricos.
Y he dicho bien, revolución y re-lanzamiento. Relanzamiento porque en el inicio de la industria automovilística, hace poco más de un siglo, los clientes tenían que decidir entre vehículos eléctricos o vehículos de combustión. Incomprensiblemente, pese a ser mucho más sucios (imaginad la nube de humo que debería de soltar un coche de hace 100 años) y más incómodos de arrancar e incluso de conducir; estos últimos fueron los que acabaron ganando la batalla y borraron del mapa a los vehículos eléctricos.
Posteriormente, ha habido diversas intentonas de lanzar algún que otro vehículo eléctrico, pero los diferentes intereses creados y los poderes preestablecidos; se han encargado de que no llegara a consolidarse ninguno de estos proyectos.
El lanzamiento de un proyecto de vehículo eléctrico serio, y masivo podría ser un éxito total por diversas circunstancias que cambiarían en muchos aspectos, la sociedad tal y como la conocemos ahora:
- La conciencia medioambiental: entre los habitantes de los países "desarrollados" ha costado, pero ha conseguido germinar la semilla de esta conciencia. Nos hemos dado cuenta de que el ritmo de crecimiento, consumo y contaminación actual no es sostenible. Que nuestro planeta se está resintiendo de los excesos cometidos y se hace necesario una ruptura con lo establecido.
- La dependencia del petróleo: sabemos que esta fuente de energía tiene sus días contados, es una fuente no renovable y muy contaminante. Pero la procedencia de la electricidad puede ser de muy diversas fuentes; algunas de ellas limpias o por lo menos renovables: como la biomasa, la fotovoltaíca, la eólica, etc.
- La ruptura del poder del petróleo: la actual dependencia del petróleo concede un enorme poder económico y de decisión en los países extractores. Si se redujera esta dependencia del petróleo, esta concentración de poder quedaría mucho más diluida, en cualquier zona se puede generar electricidad.
- Respirar aire limpio: si suponemos que el 80% de los vehículos que circulan por nuestras ciudades no contamian, ¿hasta que punto volvería a ser limpio y sano el aire que respiramos?, ¿desaparecerían las nubes de niebla que sobrevuelan muchas de nuestras ciudades?. ¿Repercutiría esto en nuestro sistema sanitario?, porque es de suponer que las enfermedades respiratorias y alergias descenderían considerablemente.
- Nuevas red de infraestructuras: serían totalmente necesarias, ya que habría que realizar una reconversión de las gasolineras a no sé como se llamarían, "estaciones enchufadoras", porque hay que recordar que la autonomía de las baterías es limitada y aproximadamente cada 200 km habría que recargar. Lo que supondría parar y enchufar el coche a la red.
- Los descansos en los viajes largos serían obligatorios: posiblemente esto repercutirían en nuestra atención al volante y por consiguiente en el número de accidentes. Obligatoriamente cumpliríamos los consejos de la DGT y pararíamos de manera obligada cada 2 horas, tendríamos que recargar la pila.
La distribución de la población actual se concentra en las ciudades, y la media de km que realizamos diariamente es de 60 km/día; lo que permite el utilizar nuestro vehículo eléctirco sin ningún problema y luego ponerlo a cargar en el aparcamiento del trabajo o en nuestro garaje, cuando regresáramos a casa.
En post posteriores profundizaremos sobre el impacto que un vehículo eléctrico tendría sobre la propia industria del automóvil, os invito a reflexionar sobre ello, ya que la realidad todavía no la conocemos.
Y he dicho bien, revolución y re-lanzamiento. Relanzamiento porque en el inicio de la industria automovilística, hace poco más de un siglo, los clientes tenían que decidir entre vehículos eléctricos o vehículos de combustión. Incomprensiblemente, pese a ser mucho más sucios (imaginad la nube de humo que debería de soltar un coche de hace 100 años) y más incómodos de arrancar e incluso de conducir; estos últimos fueron los que acabaron ganando la batalla y borraron del mapa a los vehículos eléctricos.
Posteriormente, ha habido diversas intentonas de lanzar algún que otro vehículo eléctrico, pero los diferentes intereses creados y los poderes preestablecidos; se han encargado de que no llegara a consolidarse ninguno de estos proyectos.
El lanzamiento de un proyecto de vehículo eléctrico serio, y masivo podría ser un éxito total por diversas circunstancias que cambiarían en muchos aspectos, la sociedad tal y como la conocemos ahora:
- La conciencia medioambiental: entre los habitantes de los países "desarrollados" ha costado, pero ha conseguido germinar la semilla de esta conciencia. Nos hemos dado cuenta de que el ritmo de crecimiento, consumo y contaminación actual no es sostenible. Que nuestro planeta se está resintiendo de los excesos cometidos y se hace necesario una ruptura con lo establecido.
- La dependencia del petróleo: sabemos que esta fuente de energía tiene sus días contados, es una fuente no renovable y muy contaminante. Pero la procedencia de la electricidad puede ser de muy diversas fuentes; algunas de ellas limpias o por lo menos renovables: como la biomasa, la fotovoltaíca, la eólica, etc.
- La ruptura del poder del petróleo: la actual dependencia del petróleo concede un enorme poder económico y de decisión en los países extractores. Si se redujera esta dependencia del petróleo, esta concentración de poder quedaría mucho más diluida, en cualquier zona se puede generar electricidad.
- Respirar aire limpio: si suponemos que el 80% de los vehículos que circulan por nuestras ciudades no contamian, ¿hasta que punto volvería a ser limpio y sano el aire que respiramos?, ¿desaparecerían las nubes de niebla que sobrevuelan muchas de nuestras ciudades?. ¿Repercutiría esto en nuestro sistema sanitario?, porque es de suponer que las enfermedades respiratorias y alergias descenderían considerablemente.
- Nuevas red de infraestructuras: serían totalmente necesarias, ya que habría que realizar una reconversión de las gasolineras a no sé como se llamarían, "estaciones enchufadoras", porque hay que recordar que la autonomía de las baterías es limitada y aproximadamente cada 200 km habría que recargar. Lo que supondría parar y enchufar el coche a la red.
- Los descansos en los viajes largos serían obligatorios: posiblemente esto repercutirían en nuestra atención al volante y por consiguiente en el número de accidentes. Obligatoriamente cumpliríamos los consejos de la DGT y pararíamos de manera obligada cada 2 horas, tendríamos que recargar la pila.
La distribución de la población actual se concentra en las ciudades, y la media de km que realizamos diariamente es de 60 km/día; lo que permite el utilizar nuestro vehículo eléctirco sin ningún problema y luego ponerlo a cargar en el aparcamiento del trabajo o en nuestro garaje, cuando regresáramos a casa.
En post posteriores profundizaremos sobre el impacto que un vehículo eléctrico tendría sobre la propia industria del automóvil, os invito a reflexionar sobre ello, ya que la realidad todavía no la conocemos.
3 Comments:
Sinceramente, la fotografía que has escogido me parece genial.
Pienso que el impacto de un coche eléctrico en nuestro sector no tendría un gran impacto mundial. El coche sigue siendo el mismo y solo cambia la propulsión.
No haríamos mas o menos kilómetros por ir en un coche eléctrico.
A nivel de emisiones contaminantes, tenemos que pensar que la electricidad también hay que generarla y también producimos CO2 en su generación. La ventaja está en la eficiencia del proceso que es algo mayor y siempre conseguiremos menos emisiones generando electricidad de forma masiva que teniendo miles de motores de combustión.
Yo creo que no se comercializarán coches eléctricos a corto/medio plazo por sólo una razón:
los impuestos directos sobre los combustibles sostienen en gran parte la economía nacional y ni España ni cualquier otro estado puede permitirse el lujo de prescindir de estos ingresos.
Un combustible mas económico, sostenible, duradero, etc, no serviría para financiar el sistema económico del que “disfrutamos”.
O sea, que no son solo los magnates del petroleo los únicos interesados en aguantar unos cuantos años esta situación.
Creo que es triste, pero también creo que ésta es la causa raiz de esta profunda crisis. La solución a todo esto pasa por una re-estructuración profunda de TODO: ¡ El mundo ya nunca será igual después de los cambios que se avecinan !
Mucha felicidad para ti y los tuyos amigo y que el año que viene se presente mejor que este!!!
Un abrazo
Saludos
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