miércoles, 8 de agosto de 2007

Invadidos por la plaga de topillos

En parte del territorio de Castilla-León se está viviendo una situación que podemos tildar de dramática y esperemos que no haya que clasificarla como catastrófica; aunque si no se toman las medidas oportunas y con la suficiente inmediatez lo podemos lamentar.

En cuanto a las cifras de la plaga podemos indicar que: el periódico El País en un artículo del 27 de Julio recogía las estimaciones del Gobierno regional sobre el número de topillos, que ascendía a 300 millones. Por su parte en 20minutos elevan la cifra a 500 millones de topillos; en este artículo dan otra serie de datos escalofiantes como son las 400.000 hectáreas afectadas en más de 200 municipios castellanos. Explican, a su vez, que es tal el ritmo de reproducción del roedor que una sola pareja de topillos puede engendrar en un año unos 13.000 descendientes (supongo que esta cifra incluirá la descendencia de su descendencia). Por último, la cifra más reciente que manejo son 700 millones, la acaban de dar en el informativo de La 2 de TVE.

Leo en un post de ecologistas en acción de Salamanca que el pasado mes de septiembre ya se preveía una explosión demográfica de los topillos, que se ha visto acrecentada por el invierno suave del que hemos gozado por estas tierras. Aun así, la actual plaga de topillos; continuando con la misma fuente, tiene categoría de plaga desde el pasado 27 de marzo. Cabe preguntarse ¿a qué se han dedicado nuestros señores dirigentes regionales durante estos más de 4 meses?, ¿cuánto es el tiempo mínimo necesario para poner en marcha planes de acción ante una amenaza de semejantes características?. Señora Silvia Clemente actual Consejera de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León, quiero suponer que, ya que ha tardado cuatro meses en elaborar un plan de choque se habrá asegurado de que sea un plan 100% efectivo. Porque si no, ¿qué?, ¿vamos a estar esperando otros 4 meses?, o también tienen preparado el plan B por si acaso fallan las medidas adoptadas. Aunque otra opción es esperar y confiar en que el invierno venidero sea un invierno como es debido y acabe con el problema.

Los testimonios de los agricultores recogidos muestran que se ha perdido gran parte de la cosecha de cereal y una vez que ya no hay cereales en el campo; los topillos se han desplazado a los regadíos. Por tanto, al requerir estos cultivos de mayor inversión, las pérdidas se están comenzando a disparar. Además, como indican en otro artículo de El País la plaga ha comenzado a afectar a los viñedos; principalmente en las denominaciones de origen de Rueda y Toro. Aquí el problema se multiplica ya que, tal y como he podido comprobar personalmente, el topillo ataca a la uva pero también a la planta, impidiendo el adecuado crecimiento de los brotes ya preparados para el año próximo. Por tanto están afectando como mínimo a 2 añadas. Creo que es un problema económico serio, muy serio; ya que en esta región, principalmente agrícola hay muchas familias que viven del vino y del campo en general.

Afortunadamente hoy han comenzado las primeras quemas controladas de rastrojos, en la localidad vallisoletana de Fresno el Viejo. Como podemos leer en ADN, estas quemas continuarán en los próximos días extendiéndose a las diferentes provincias afectadas. Desde este blog esperamos y deseamos que estas medidas tenga la eficacia esperada. Y, de inmediato, comience a reducirse el número de roedores con el que podemos cruzarnos en un simple paseo por el campo. Aunque últimamente también empezábamos a encontrarlos en el interior de las piscinas y hasta alguno se colaba en casa. Esto me hace plantearme una última pregunta: ¿no habrá una relación directa entre la plaga de topillos y el incremento en los casos de tularemia que se ha experimentado en la región?. Confiemos, de momento, en la quema de rastrojos.

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