El otro día vino a verme mi madre. Y se quedó a dormir. Sigue siendo esa madre protectora que ha cuidado-educado a sus cachorros durante tantos años. Continúa con la misma actitud, y no se da cuenta de que su pequeño cachorro ya ha cumplido los 30. Bueno, pues en su afán de enseñar: esto hay que hacerlo así, esto de esta otra manera..... No dejes ahí encima la ropa, que si patatín, que si patatán; eres un trazas, hijo mio!!!. En definitiva, me modificó por una tarde-noche mis hábitos. El resultado fué que, al día siguiente, me presenté sin dinero y sin el móvil (del curro, por supuesto).
Todo esto me hizo pensar, mi pobre madre. Y analizando me he dado cuenta de que me hizo sabotaje. Mi madre lee mi blog!!! y quiso cargarse mis estándares. De lo que me he dado cuenta es de que tengo completamente estandarizado todo el proceso desde que me levanto hasta que salgo de casa. Siempre dejo todas las cosas en el mismo sitio y sigo la misma secuencia de movimientos. De manera que controlando totalmente el proceso obtengo siempre el mismo resultado que es llegar a mi hora a currar y sin que se me olvide nada. Esto es lo que viene a decir Masaaki en sus libros de kaizen. Lo importante es el proceso; el resultado es una consecuencia de controlar completamente el proceso. No tenemos que obsesionarnos con los resultados, estos se conseguirán con el dominio del proceso. ¡Y QUE TENGA QUE SER MI MADRE LA QUE ME ABRA LOS OJOS!. Si es que madre no hay más que una.
viernes, 16 de febrero de 2007
Madre no hay más que una
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1 Comment:
Ya te lo dije yo, con lo de la tortilla.
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