Kaizen en el día a día

Hacía tiempo que no comentaba ningún ejemplo de kaizen relacionado con la vida cotidiana. Y hoy se ha presentado uno, en un lugar tan tradicional como mi peluquería habitual. Debe de ser un lugar de inspiración porque es el segundo post que surge de una visita al peluquero, el primero nació prácticamente en paralelo a este blog.

Recuerdo que de niño, el tener que ir al peluquero era algo traumático. Pero la visita al peluquero no sólo me debía de molestar a mí; porque he visto a muchos niños, montar auténticos circos para evitar que les corten el pelo. De todos también es sabido, el gusto de los niños por los dibujos animados. Y ahí radica la habilidad de mi peluquero. Desconozco si será una práctica habitual en otras peluquerías pero a mí me ha llamado la atención. Ha comprado varios equipos portátiles de DVD y cuando llega un niño a cortarse el pelo, le planta los dibujos y el niño queda como hipnotizado. Se deja cortar el pelo sin ningún tipo de problema. Rápido y eficaz.

Así de sencillo es kaizen, una mejora al día, pensar continuamente en mejorar tanto en nuestro trabajo como en nuestra vida. Cambio bueno.